EL SEÑOR DIOS ME ABRIÓ EL OÍDO (Isaías 50,5-9a)

 La lectura de Isaías 50, 5-9a es un pasaje del Antiguo Testamento que refleja la obediencia y la confianza en Dios a pesar del sufrimiento. En este fragmento, el profeta Isaías describe cómo Dios le ha abierto el oído y él no se ha resistido ni se ha echado atrás. Isaías ofrece su cuerpo a los que lo golpean y no oculta su rostro de los insultos y escupitajos, confiando en que Dios le ayudará y no será avergonzado.

Este pasaje es a menudo interpretado como una prefiguración del sufrimiento de Jesús y su obediencia a la voluntad de Dios.

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